Prosigo con la sesión de avistamiento del miércoles. En la campiña, observo una pareja de Pinzones, aunque que cada uno anda por su camino. Y pienso en los inquietos Mosquiteros, o en la inacabable ascensión de repaso del Picapinos, en el nadar continuo, aunque lento de los Patos, en la contínua búsqueda de las Gallinetas...incluso el Andarríos que no se movía más de un metro para buscar comida, durante horas. Los Cetia Ruiseñores, con sus apariciones y desapariciones en la parte baja del carrizo. Las Lavanderas tanto blancas como Cascadeñas, que, a parte del temblequeo natural, siempre andan picoteando aquí y allá. Quién más quien menos, se busca la vida activamente. Pero hete ahí, que los Pinzones, tanto él como ella, disfrutan de largos períodos de solaz, sin nada más que hacer que otear (un poco, sin cansarse)...durante un período de observación de cerca de media hora, ni siquiera cambiaron de ramita. No picotearon en ninguna parte de la rama donde se encontraban. Descansaban, sol...