Ha llovido por fín y, la nueva primavera, ha despertado. Entre el secarral y el silencio de marzo, antes de llover, se contraponen los pastos recién crecidos y los cantos de celo de las aves. Me extrañó ver un bando de Verderones (el bando incluía individuos de alguna otra especie, como Cardelinas o Jilgueros (Carduelis carduelis) que cantaban con voces de celo. Se supone que cuando un ave está en celo abandona el bando para engendrar su propia descendencia, construyendo el nido, efectuando las danzas para atraer pareja, luchando con oponentes, dejándose ver, inspeccionando posibles parejas etc. Entonces, ¿Qué pintaban todavía los Verderones en un bando de machos y hembras, si ya estaban en celo? Rafa Torralbo, ornitólogo, me apunta que pueden ser muy bien cantos de precelo. Es decir, el cambio hormonal de cada individuo dentro del bando, aparecería progresivamente. El proceso de maduración se inicia principalmente por el aumento de alimento tras las lluvias, que ya estab...