Abejaruco y compañía. Comunidad ribereña del Matarraña.

Los Merops apiaster,  



suelen ir en bandos en los que los individuos pueden estar algo alejados entre sí pero se mantienen en comunicación permanente mediante su reclamo agudo, que recuerda al toque de  un silbato de bolitas. 



Después de dar un buen repaso a las poblaciones de insectos voladores de tamaño medio, se paran a tomar un respiro en alguna rama. Entonces el bando se reagrupa, aunque puede que, algún individuo aislado, descanse por su cuenta.  Parecen regalos de colores en un árbol de navidad. 


Y una vez que están instalados en su rama, donde reposan durante un buen rato, tienen, a veces, que soportar a pequeños bandos de Gorriones que ignoran la necesidad de tranquilidad del Abejaruco

Ellos van a la suya, seguramente como siempre van en bandos compactos, no tengan sensación de molestar. En cualquier caso, el Abejaruco no reacciona con ningún movimiento agresivo hacia sus autoinvitados compañeros de rama. 

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