Paseo por la Campiña arbolada

El día 22 de junio, me doy un paseo con las perritas para hacer ejercicio por la campiña de los alrededores del pueblo. Así que no me llevo prismáticos, pero no puedo evitar oír al Cuco (Cuculus canorus); claro tampoco pude evitar ver una tremenda Culebrera europea (Cyrcaeturs gallicus) que se elevaba sobre una térmica para dejarse caer suavemente en un ángulo oblicuo no muy abierto y, así, poder otear una grand cantidad de terreno. Después, hizo el ángel y cayó en picado con las garras por delante. Cuando Mel me traía su palo, subido en el ápice de un almendro, estaba vigilante un Alcaudón común (Lanius senator) mientras una Cogujada común (Galerida cristata) se escondía de la perrita, con su cresta muy levantada. Asistía a la escena mientras cantaba un Mirlo (Turdus merula).

Proseguimos el camino amenizándolo el cher cher de un Herrerillo común (Cyanistes careuleus) y el huit largo de un Mosquitero común (Philloscopus collybita). En el bosque abundaba el canto triste de los Zorzales (Turdus viscivorus y Turdus philomelos)

Volviendo ya para casa una pareja de Cornejas (Corvus corone) llamaba la atención tanto por su color como por lo árido de su reclamo. Nos sentamos en una ermita a la sombra de un gran pino que estaba tomando por un Pinzón (Fringilla coelebs) cantando como si fuera abril, sin parar. 

Cerca de casa, pasando por un talud cubierto de zarzas se oía el canto de la Curruca capirotada (Sylvia atricapilla) y, en el bosque cercano, cantaban así mismo un Verderón (Chloris chloris) y un Verdecillo (Serinus serinus). Qué bien, por fin había vuelto a casa después de una excursión en la que me habría propuesto ignorar a los pájaros para concertrarme en hacer ejercicio y jugar con las perritas.   

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