La campiña a mediados de marzo de 2013
Hoy 19 de marzo dice el calendario que entramos en primavera. Pero las aves entran en primavera cuando les toca. Después de los siempre primaverales Cetia Ruiseñor (Cettia cetti) y Petirrojo (Eritachus rubecula), ya se oyó el canto del Carbonero común (Parus major) hace unos 15 días, ticha-ticha-ticha y unos cuantos más del repertorio. Los Pinzones (Fringilla coelebs) son los reyes absolutos de la campiña de almendros y olivos y hacen ostentación de ello. Empiezan a buscar territorios paulatinamente pero todavía la mayoría no abandona los bandos. Sin embargo el Herrerillo común (Cyanistes caeruleus), mucho más escaso ya se está instalando en cuarteles de almendros un poco más excéntricos pero igualmente abundantes en brotes e insectos. Los Mirlos (Turdus merula), que todavía no cantan en celo, tienen una inusitada actividad yendo de aquí para allá como si les faltase el tiempo, desde el punto de la mañana. Todavía no oigo cantar a los Zorzales (Turdus spp) ni he visto ninguna Culebrera (Circaetus Gallicus). Todo está naciendo. eso si, basta que el sol se tape por un nubarrón sople un poco de viento y bajen un poco las temperaturas para que la campiña vuelva al silencio y la inactividad invernal. Todavía la primavera incipiente no les ofrece las suficientes garantías como para hacer la apuesta tremenda de conquistar un territorio y atraer una hembra porque saben que una vez iniciado el proceso éste no tiene marcha atrás.
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