Me encuentro descansando un ratico tras escudriñar Fauna Silvestre por el río Matarraña. Apoyo el hombro en un pino y una florecica en la boca, jugueteando, disfrutando del día. Miro al basto cielo azul, que me despeja la mente y el espíritu. Y zás: una rapaz volando encima del bosque que tengo al lado. Manos a la obra.
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De Aux_Blog |
Al principio, pensé que se trataba de un Busardo Ratonero (Buteo buteo). Pero los prismáticos, a la primera de cambio, me dijeron que qué va chico!!. Un animal tan bruñido, tan elegante, tan imponente tenía tamaño de Ratonero, pero NO era un Ratonero.
El magnífico animal, se dedicaba a volar en circulos, planeando a veces, aleteando otras. Siempre por encima del Bosque de Pino, aunque tenía muchos otros hábitats para escoger.
Ya la podía ver bien: se trataba de un Aguililla Calzada (Hieraetus pennatus). Es fantástica!!
Un ejemplar de Morpho claro, es decir de fondo claro. Estos representan un 80% de la población de las Calzadas. Era raro ver una Calzada en los bosques bajos junto al río. Siempre las había visto arriba, en lo más profundo de los Puertos.
Ahora si que la podía distinguir bien. De repente, en un instante se planta en el otro extremo del Bosque y, sin solución de continuidad, hace un picado kamikace, se deja caer cabeza abajo, hasta lo profundo del Bosque. Rápidamente, emerge y gana altura. Y desde arriba, vuelve a repetir picado un par de veces más. Un espectáculo de los grandes, si señor!!
Ahora decide cambiar de rumbo
y volver a sus predios de los Puertos...
En unos instantes, atravesó el valle del Río Matarraña, las primeras estribaciones exteriores de los Puertos y se plantó en lo más profundo de Los Puertos. No lo medí, pero le costaría más de 5 segundos hacer ese viaje. Había ganado altura y se dejo caer paulatinamente, como en un enorme plano inclinado, a una velocidad de vértigo, sin despeinarse.
Una señora muy especial, me dije.