Montesas. Mayo de 2012, Puertos de Beceite.

La mayoría de las hembras han parido en lugares recónditos. Sus siguientes movimientos han sido dirigirse con sus crías a los pastos frescos de altura que les proporcionarán buena cantidad de leche. 
Allí se juntan con otras madres y hembras yermas, formando una guardería: entre todas cuidan y enseñan a las crías: a permanecer en el grupo, a arriesgarse por los roquedos más peligrosos, a escuchar los sonidos de alarma, a elegir las plantas más nutritivas, a eludir las venenosas, a enfrentar los depredadores de todo tipo por tierra y aire, a encontrar los refugios en las tormentas, a huir del hombre...

En las guarderías no solo hay hembras y crías: algún macho tiene su acogida en ellas. Tampoco todas las hembras se reúnen en grupos de ayuda. Las hay que prefieren campar por su cuenta, y criar ella misma a su cabritillo. 

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