En estos primeros días de Abril, es posible contemplar cómo las parejas de rapaces recién llegadas de la invernada africana, toman posesión de su territorio de nidificación y cría. Y lo hacen simultáneamente a sus vuelos de cortejo, (de paso, cañazo): se hacen muy visibles, sobrevuelan mucho el territorio de manera muy aparatosa y chillona, siempre muy juntos. En el interín, tienen tiempo para sus paradas nupciales, sus juegos eróticos, siempre en el aire, mostrando al mundo y, a la pareja, su potencia, agilidad y bravura. Juegos, encuentros en el aire a toda velocidad que parecen choques, pero no lo son, picados y aleteos de reconocimiento de la zona hechos en pareja, encuentros emocionantes en la libertad de las alturas, en el territorio donde van a criar juntos a sus hijos. Tienen reciente en su recuerdo, el largo viaje desde Africa, y el orgullo de haber sobrepasado peligros ciertos. Están felices y confiados y no tienen rep...